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Thursday, March 19, 2015

Tierras altas. Capítulo 6. La guerra sagrada.

        Lees estas líneas, porque buscas la más alta cima. Sólo un tesoro es buscado con tal celo. Acuérdate una citación del gran libro: "Porque donde esté vuestro tesoro, allí estará también vuestro corazón". En cuan alto esta Montaña está de pie, tan profundamente su contraste se había enterrado, la más profunda cavidad en el Desfiladero Hediondo, y la contiene tal gran malo que no hay suficiente de tu fantasía para reconocerlo. Es como si la sede principal de esos ejércitos contra cuales tienes que salir. ¿Imaginás, cuál grande fantásticamente es la fuerza de tensión entre las dos contrastes? Encontrarás el enemigo encarnizado, pero no contagies por su malo. No contagies por su malo, ni tengas miedo. No tengas miedo, porque el Dios Único está contigo.
       Acuérdate la primera regla, no soy yo que lo ha inventado, sino sólo cito los pueblos antiguos: "El mejor combate es un combate que no ha tenido lugar".
       Por ello evita los conflictos. Cada tu choque con enemigo, si es físico o mental, es una bajada en infierno, en un paseo en sus profundidades. Si lo haces frecuentemente y si ti mismo buscas los combates, entonces contagiarás por su malo y te convertirás en uno de los abortos de infierno. Aquí por lo tanto otro gran libro, el Corán, recomienda de mudarse desde los infieles, para que no vivan con enemigos y no adopten su hediondez. Porque en su mundo inferior, la condición de guerra es una condición natural para ellos. En tu guerra sagrada no debe ser nada como la disputa canina de ellos, porque no perteneces al mundo de ellos. En la medida de lo posible que tu alma estuviera en las Tierras Altas, estando impregnado de olor de las flores e hierbas montañosas, en vez del hedor cadavérico y merdoso del mundo que es hostil a ti. Y todavía hay una causa que evites de estar en infierno una vez más, porque pierdes tus fuerzas en él, pero en las Tierras Altas la hallas de nuevo.
       Por ello no busques los enemigos, ellos mismos te encontrarían, por mucho que lejos tú te irías desde ellos. Si no hay posibilidad a evitar un choque, encárate al adversario y acepta el combate, pero según tus reglas.
       Lucha con esa arma, con cual es eficazmente de luchar. Acuérdate que Diós había dado el intelecto divino a ti, como a otros, i este intelecto es más fuerte que tus manos. Usando la mano, El mas grande que puedes hacer, es abrir un muro de ladrillo. Usando el intelecto, tú destruirías una ciudad enemigo. Quien tiene una ametralladora, un cuchillo no es un arma principal, sino sólo auxiliar. Por lo tanto, utiliza el arma auxiliar sólo cuando una situación específica favorece a esto.
       Acuerdate que el más fuerte tu arma es la oración, como en la lengua materna, así en otras lenguas. El arma segunda es tu intelecto y tus conocimientos, sólo después de eso hay todo otro.
       Ahorra las fuerzas y no les gastes en vano. Para la lucha contra infierno, utiliza energía del mismo.
       Cuando una bestia roja con la estrella de cinco puntas y otra bestia roja con la cruz gamada, los dos se habían pegado en lucha mortal, el resto del Oeste estaba aparte y no fue molestado así fuertemente por ellos. Aquí una sabiduría fue mostrada.
       Y no ensucies las manos por sangre en vano. Hoy quieres matar a un enemigo, pero al principio espera a una fiesta. Puede ser que tus enemigos se emborracharán y que, estando en la borrachera, eliminarán uno a otro sin tu participación. Sólo en caso extremo, si nada ha actuado a alguien, de quién era necesario de librarse, sólo entonces participa y que tus acciones sean las más eficaces, porque tus enemigos son estúpidos.
       No luches nunca como un samurai, sino lucha siempre como un Ninja. Sepa que cada de ellos está necesitado de la audacia así como otro, los dos ellos son valientes igualmente, por lo tanto, no escuches las palabras de gente estúpida, está en el mejor de los casos. Y en el peor de los casos, una condenación a ti es una provocación, para que tú te pusieras en peligro sin utilidad y para que el ejército de Luz sufriera daños.
       Sepa que los duelos es una ocupación diabólica. Tus enemigos son aproximadamente iguales a ti, sin embargo, hay muchos de ellos. Esperando vencerles en decenas, incluso en centenas combates cuerpo a cuerpo con adversarios iguales, tú provocas tu Dios a  maravillas raras. Así el Satán tentaba a Christ la segunda vez, cuando inclinaba a Él a saltar desde el ala de templo, para que Dios obre una maravilla más y que alguien que ha caído de gran altura, sin lastimarse. El suicidio no es una audacia, sino un error. Y no te preocupes por tu dignidad. Eres un ser humano, ello es suficiente, e incluso el mismo Ángel de Luz había envidiado a tu dignidad y a cause de esto él se había convertido en Angel de oscuridad, a decir de otra manera, en Satán.
       Si vienes a la Luz, entonces revelas tu dignidad. Si tú te vas lejos de la Luz, tú la pierdes. Y no hay ningún otro modo de perderla. Quien busca una aprobación de la muchedumbre, se va lejos de la Luz. No tengas miedo de quedarte sólo, estando perseguido y despreciado por la verdad. El Evangelio enseña a ti a hacerlo. No tengas miedo de estar abandonado sólo, porque si Único Dios (Allah) está contigo, entonces tienes todo, el Corán enseña así considerarlo. Está libre desde cualquier sociedad, porque estando libre, tú te conviertes en más fuerte.
       Sé vigilante y verifica, si tu guerra es sagrada.
       Sepa que eres libre a tener tal color de piel y tales cara y cuerpo que fueron dados a ti desde Dios. Todos fueron creados por Dios y no hay incluso uno hombre que el Satán creara. Todos vosotros, hombres y mujeres, sois buenos con tales cuerpos, como ellos son. Si entrenáis y perfeccionáis vos cuerpos, ellos serán mejores, porque Dios lo querría.
       Aquí por eso nadie se atreve a atacarte a causa de tu filiación a una nacionalidad o raza, a causa de la forma de cuerpo, de la expresión de rostro, de andar o del temperamento personal. Si no aspiras a la perfección - sólo Dios puede ser tu Juez. Si la gente se entromete en asuntos ajenos, en primera vez, intenta de explicar a ellos que están contra Dios y la fe verdadera prohibiendo a alguien a ser él mismo. Si no han comprendido ni quieren comprender, intenta estar fuera de su sociedad. No obstante, si no es posible irse desde ellos, prepárate para la guerra, porque en este caso tu guerra era sagrada.
       Sepa que nadie se atreve a entrometerse en tu vida íntima, en tus preferencias sexuales. Si no traes los frutos malos, eres hermoso (o hermosa), estando tal cómo eres. Nadie se atreve a reorientaros por fuerza ni perseguiros por la libertad que habéis manifestado.
       Si quieres llevarte contigo una hija o un hijo ajeno, ellos deben imaginar claro lo que les espera y querer ir contigo sin vacilar. Si vacilan, ayuda a ellos a conocer a ellos mismos. Enseña a les esa verdad que ti mismo fuiste enseñado. Si repites lo mismo a ellos, pero no comprenden ni quieren comprender, entonces les abandona. Sólo el amor real puede justificar a llevar a los hijos conscientes desde padres. Si no te comprenden, ello significa que están muertos. Sin embargo, un amor real no es posible con un muerto, y tú no podrías justificarte antes sus padres ni antes Dios Único. Entre las personas conscientes y libres de sociedad, es decir, entre las personas vivas, si sus orientaciones coinciden en parte o por completo, el amor es real, y tienes derecho a defenderlo con el arma en manos. La guerra por amor es sagrada.
       Si secuestras a una persona e intentas de revivir por fuerza un muerto, tú te asemejas a un cirujano que ha comprometido de una operación aventurada y llevarás contigo todas las consecuencias. Si liberas el alma desde sueño mortal, entonces el honor y la alabanza a ti. Sin embargo, si resulta que has inquietado a esta persona y sus parientes sin resultado, entonces llevarás tu pecado.
       Si alguien amenaza por muerte o por mutilación a aquellos que son íntimos y queridos a ti, tu guerra sería sagrada, porque en este caso tú la harías por amor.
       Acuérdate: si quieres castigar un malvado, no tienes derecho por error. Si te acusan en un delito que no cometías, entonces tu guerra sería sagrada porque los acusadores no tienen derecho por error. En este caso, incluso si la gente te reprueba, Dios justificará a ti.
       Si te persiguen y acosan, pero no quieren explicar claramente y exactamente sobre una causa justificada, si mienten y evaden a contestar a las preguntas, utilizando los enredos verbales, entonces es más probable, como la experiencia de la vida muestra, ellos quieren prohibir a ti a ser ti mismo, y en este caso tu guerra sería sagrada, porque tú la harías por libertad.
       Si amenazan a someterte a la privación de libertad, utilizando las dádivas a los jueces y a la policía o utilizando el sistema represivo del Estado totalitario, es decir, satánico, tu guerra sería sagrada, porque tú la harías por libertad.
       Si te hacen por fuerza servir en el ejército que es conocido por sus delitos contra los derechos y libertades humanas, entonces tu guerra sería sagrada contra este ejército, porque tú la harías por verdad y libertad.
       Si ellos te hacen participar en una agrupación que es contraria a ti, no importa, si legal o prohibida, tu guerra por libertad sería sagrada.
       Si irrumpen o intentan de irrumpir por fuerza en tu casa, pero tú no has cometido ninguna fechoría, entonces tu guerra sería sagrada, porque la harías por la libertad y el amor.
       Si eres perseguido a causa de las creencias, pero no hacías propaganda de los asesinatos y mutilaciones para la gente definida en nacionalidad, raza, orientación sexual, si no hacías propaganda de la formación del poder, bajo la cual sería prohibido libremente vivir, amar, comerciar honradamente, no unirse con alguno círculo de sociedad, irse lejos de la sociedad, moverse libremente por todo el país ni abandonarle, entonces tu guerra por la verdad y libertad sería sagrada.
       Si no dejan entrar a ti en otro país, es su derecho. Si prohíben de moverse libremente por todo el país donde vives o irse lejos de ello, entonces tu guerra sería sagrada, porque es una guerra por libertad.
       Aquellos que han venido después de ti, si ellos estorban a ti a comerciar honradamente o a pedir limosna, y si van a echarte desde este lugar por fuerza, si con esta condición no pierdes el medio de existencia, abandona este lugar, porque es más probablemente que le está sucio. No obstante, si pierdes el medio de existencia y tienes algunas personas a cargo que son íntimas y queridos a ti, tu guerra sería sagrada contra aquellos que estorban, porque sería la guerra por la libertad y el amor.
       Si caminas por la calle con aquellos que son íntimos y queridos a ti, de antemano toma contigo tal arma que el uso de cual pudiera ser súbito y eficaz contra una especie de la agresión que tiene lugar en el área dada. La guerra por amor es sagrada.
       Si has caído en una trampa y eres sitiado por enemigos de todos los lados y no ves ningún escape, ruega a tu Dios por tres cosas: que Él obre un milagro, o que te ayude a abandonar este mundo con el menor lástima, o que te dé posibilidad de vender más caro tu vida. Es posible que ello hay un examen de tu fe. Cuanto más de la fe, tanto menos tú mueres. Cuanto más de la fe, hay tanto menos de la muerte.
       No olvides que los duelos son pecados y delitos. Aquellos que se deciden a hacerlo no son más valientes, sino más estúpidos. Si ellos son valientes, entonces estarían fuera de la sociedad y sus valores falsos, pero ellos son cobardes porque son esclavos de la sociedad.
       No olvides que el mejor combate es un combate que no ha tenido lugar. Antes de hacer la guerra, verifica si la guerra es inevitable. Porque ya hay suficiente de los derramamientos de sangre en la tierra.
       No olvides: la primera fuerza está en oración, la segunda fuerza está en el intelecto y conocimientos, la tercera fuerza es todo el resto.
       No te des prisa a derramar la sangre, si tienes tiempo para pensar. Calcula, si es posible hacer chocar los enemigos uno contra otro. Para la guerra contra infierno utiliza la energía del infierno, pero que tu energía sería utilizada en caso extremo.
       Si olfateas la guerra, urgentemente recopila la información sobre los enemigos, busca los puntos flacos de ellos.
       Si no puedes explicar, a causa de cual guerreas, y probar la necesidad de guerra, entonces eres un asesino y gran pecador.
       Si no guerreas por tus veleidades, sino por las veleidades ajenas, en este caso serías un cobarde que fue hecho cometer los delitos graves. Porque sólo dentro de ti encontrarás las respuestas, cómo hacer correctamente, pero no confíes en la gente, ellos engañarán a ti.
       No es posible prever y describir todos los casos, sin embargo, fue escrito en la Biblia: "que no reside en la letra, sino en el Espíritu". Busca la verdad, está impregnado de su Espíritu. Dentro de ti va a buscar los contestaciones a todas las preguntas. Dentro de tu esencia inmortal hay un conocimiento de todo. Alguna vez todo se descubrirá antes de ti, sin embargo, a condición de buscar la verdad, porque fue dicho: "buscad, y hallaréis; llamad, y se os abrirá". Y un rechazo a la búsqueda de la verdad es un gran pecado.
       Si buscabas la verdad, pero sin encontrar a tiempo, y por la ignorancia has cometido un derramamiento de sangre en vano, entonces tienes una responsabilidad cómo un niño que no fue enseñado todavía.
       Sin embargo, si no quisieras nada saber, pero el destino te ha puesto delante de un problema, y sin poder resolverlo, has cometido un derramamiento de sangre en vano, entonces  el pecado contigo a causa de tu negligencia criminal. Así tu falta de deseo buscar la verdad se ha convertido en el delito.
       Si supieras que agieras injustamente, sin embargo, preferirías a esconderte de la verdad, engañar a ti mismo, como si cerraras los ojos adrede y después de eso te justificaras: "no he visto". Puedes engañar incluso a ti mismo, pero no engañarías nunca a Quien sabe todo y administra por todo. Serías abyecto e irrisorio delante de Él, porque tu pecado sería considerable y visto claramente. Lo fuera, como si cerraras los ojos y creyeras que nadie te vea.
       Por lo tanto, buscando la verdad no evadas y no te escondas de las preguntas. A pesar de todo, tendrás que contestarles, y cuanto antes de ir a buscar las contestaciones, tanto sería mejor para ti.
       Recuerda: donde la sangre puede ser derramada, allá la más peligro enemigo es una ignorancia del estado de cosas. Donde la sangre puede ser derramada, allá la negligencia y acciones irreflexivas son inadmisibles en particular.
       Por eso, sé vigilante especialmente si nacieras y vives en un país, donde el ateísmo y ausencia de libertad se emplean, donde a tomar la iniciativa es difícil y ciertamente, donde por fuerza hacen estar en la colectividad.

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